Ideario de la candidatura de Nicolás Ollero Tassara

Fines de la Hermandad.- Para esta candidatura a Junta de Gobierno, lo principal y centro de toda actividad es el Hermano La convivencia dentro de la Hermandad y la participación a todos los niveles del mayor número posible de sus miembros es el proyecto. Conseguir días de referencia, donde el Hermano se vea inequívocamente acompañado, principalmente los sábados como día de Comunión de todos y con la Sabatina a Nuestra Señora de la Amargura, seguido de un rato de expansión y convivencia en la Casa Hermandad, así como los jueves, el primero como Jueves Eucarístico. Es un compromiso irrenunciable la participación en las decisiones importantes, no solo en Cabildo, sino con reuniones previas a ellos, para que el hermano libremente opine sobre los proyectos presentados, de forma que puedan ser tenidas en cuenta sus opiniones y que no se reduzca únicamente a tener la posibilidad fría de votar. El estar atentos a las inquietudes del hermano y facilitar su participación en aquello que más le guste. Cultos.- Nuestras reglas nos indican que el fin primordial de la Hermandad es dar culto público a nuestros Titulares.¿Sigue siendo válido esto en el siglo XXI? Tendremos que contestar que por supuesto, pero siempre que tengamos claro cuál es el verdadero culto a Dios y lo que ello implica. No puede quedarse en una liturgia bonita pero falta de contenido. La consecuencia fundamental de la Eucaristía, base de todos nuestros cultos, es un cambio de actitud en los que participan, es decir, el culto es válido cuando nos lleva a ser mejores cristianos y a cambiar y a entregarnos a los demás. Si no, se quedaría en una ceremonia, que nos puede incluso emocionar, pero vacía de contenido. La devoción autentica a nuestros Titulares consiste en intentar seguir el camino que Jesús, con los ejemplos que María, Juan y Ángela nos marcan. Dicho esto, podemos seguir diciendo que el fin primordial de la Hermandad es el culto, que nos lleva inevitablemente a la Caridad, y que necesita la Formación para avanzar en esta línea. En los cultos no se trata de hacer muchas cosas, sino de hacerlas bien para que cumpla su fin. Por tanto el énfasis debe ponerse en aquello que facilite el cambio de actitud y debe ser participativo, que una a los asistentes creando un clima de comunidad. Para mejorar la participación debe entregarse un guión con el orden del culto, oraciones, canciones, etc. para mejorar su seguimiento. Para el cumplimiento adecuado de este fin, la Iglesia debe contar con todo lo necesario en mobiliario, instalaciones y adornos. No es un dinero mal gastado, pues se hace para el fin primordial de Hermandad. Estación de Penitencia.- En todas las hermandades de Sevilla, y la nuestra no es una excepción, la cofradía predomina en toda la actuación de la Hermandad, y es la que las ha mantenido vivas hasta ahora. La duda que se plantea es si en el presente siglo esto seguirá siendo así. Personalmente pienso que las hermandades, tienen que ser primero Iglesia de verdad y después cofradía que da testimonio en la calle. De todas forma la cofradía es hoy por hoy el auténtico boletín de enganche de la Hermandad, y la que se lleva más dedicación. Por tanto nuestra actuación debe mantener nuestro patrimonio tanto artístico como cultural y completarlo si fuera necesario. La Amargura mantiene un nivel de cofradía difícil de igualar y ejemplo para otras muchas, aunque en ocasiones se observen actuaciones inadecuadas que hay que corregir. El estilo de la cofradía es intocable y digno de mantener. La presentación de los pasos debe cuidarse al máximo poniendo siempre lo mejor y evitando probaturas extrañas aunque estén de moda. Hay que completar los enseres que faltan y mejorar aquellos deteriorados. Hemos hecho énfasis especial en realizar la Estación de Penitencia completa, y así debe ser, aunque siempre los más jóvenes y los mayores tendrán el riesgo de no llegar de regreso al templo. Debemos aceptar esto con cariño. A los más jóvenes les puede el deseo de salir sobre sus facultades y lo empeoran los padres proteccionistas, que no ayudan a los niños a aguantar un poco. Por otro lado los mayores saben que cualquier año es el último y aunque no deben arriesgar, son nuestro orgullo como veteranos y por ello debemos acompañarlos y animarlos. Se observa últimamente cierto deterioro en la presentación del Nazareno, con túnicas inadecuadas (algunas facilitadas por la propia Hermandad), tanto en el corte como en la calidad del tejido, gran variedad de cinturones de esparto, y faltas en el detalle en el vestir como chalecos y camisas inadecuados y que estén los pantalones a la vista. El comportamiento del Nazareno en general es óptimo. Debe facilitarse que una vez termine su entrada en la capilla mantenga la compostura para lo cual debe vestirse cerca de la Hermandad (labor de acogida en casas cercanas). La formación de la Cofradía debe ser completa en la Iglesia, pues con alguna incomodidad caben todos dentro. Quizás los pasos puedan presentarse de otra forma para la salida, ganándole espacio a la Iglesia. Formación.- Este fin de la Hermandad, siempre un poco olvidado, y donde participan pocos hermanos, está llamado a aumentar su peso específico en el día a día de la Hermandad. Primero por la necesidad de una formación continua de todo cristiano, y después por el descenso en la formación impartida en colegios y familia. En los últimos años se han realizado actuaciones de interés, como la realizada por la parroquia consistente en un ciclo de diversos temas con gran categoría. Los Grupos de Formación (tres en la actualidad) han funcionado correctamente y han facilitado la creación de un grupo base para otras actuaciones. Ambas cosas son repetibles, aunque en los grupos debe procurarse la creación de alguno nuevo con edades entre 20-30 años, y comenzando de nuevo con un proyecto de varios años. La Charlas Formativas deben ser pocas pero buenas, colaborando con otras instituciones del barrio, y asegurando un mínimo de asistencia que las haga útiles y posibles. La Formación debe estar coordinada con los Cultos, no solo en la línea doctrinal, sino evitando coincidencias que provocan plétoras de actos durante la semana. También hay que estar atentos a las inquietudes y demandas de los Hermanos, pues no podemos empeñarnos en ofrecer aquello que no interesa. Debe definirse anualmente la línea formativa y conseguir que grupos formativos, homilías y charlas se complementen. El papel del Director Espiritual debe se determinante. Caridad.- ¿Está llamada a ser, el fin primordial de la hermandad? Es el mandato dado a todos los que siguen a Jesús y por tanto el amor a Dios y los hermanos debe definir la vida de la Hermandad para sentirse hermanos de verdad. La Hermandad lleva tiempo destinando recursos de cierta importancia a la ayuda económica de los necesitados. El problema no es este, sino en qué y con quienes se trabaja en esta línea. Así, la tendencia de estos últimos años es contribuir económicamente con alguna organización o proyecto sin implicación de los hermanos, con un doble objetivo Caritas Parroquial y la más importante con otras instituciones, que en los tres últimos años ha sido con la iniciativa de acogida de niños bielorrusos. No parece razonable que de 25 padres de acogida sean escasísimos los miembros de la Hermandad; aunque la Junta de Gobierno se implique en la organización de los actos comunes, el núcleo mayoritario de hermanos no se implica. En esta línea debe conseguirse una mayor participación de los Hermanos en el proyecto aportando más padres de la Hermandad. La asignatura pendiente que se vislumbra es un proyecto de la Hermandad o de otra institución, preferentemente del barrio, que implique a los hermanos no sólo económicamente sino de forma personal. La visita a hermanos ancianos o enfermos, Sor Ángela, Pozo Santo, San Juan de Dios, residencia Juan Grande, Espíritu Santo, y el –próximo a inaugurarse asilo de la Casa de los Artistas son sitios donde poder actuar. En definitiva, la coordinación con la parroquia y con instituciones cercanas, y los propios hermanos deben ser los lugares de actuación.