sábado, 6 de septiembre de 2008

Un estandarte para la Hermandad de la Pastora del siglo XXI

Concluida totalmente la nueva insignia corporativa y representativa de la hermandad. Gracias a la generosidad de sus donantes, doña Rosario Sanz Sánchez y su esposo Manuel Maqueda Pardo (Q. E. P. D.), destacados pastoreños, vemos culminado felizmente el proyecto del nuevo y gran estandarte corporativo de la hermandad. Lamentamos, en cambio, que debido a lo dilatado del proceso, obvio en una obra de estas características, falleciera uno de los donantes antes de verlo finalizado de lo que, sin duda, se complacerá ahora en la Gloria. Cuatro años han hecho falta para la ejecución completa de una pieza que aúna el valor artístico con el material y que será la insignia que represente a la institución tanto en sus cultos y actos como en los organizados por otras entidades a los que asista invitada. El diseño es obra del escultor local, licenciado en Bellas Artes y miembro de la junta de gobierno de la hermandad, Luis Manuel López. El magnífico trabajo de bordado ha corrido a cargo de Manuel Solano, de Morón de la Frontera. El trabajo de orfebrería y joyería de la cruz de remate se debe al prestigioso modelista y joyero cordobés Manuel Valera. La vara o asta de plata es obra del orfebre Jesús Amaro. Los materiales son de lo más diverso: desde el tisú de plata al cristal de roca pasando por los miles de metros de hilo de oro fino, los 2 Kg de plata de ley, el lapislázuli, las piedras preciosas y semipreciosas, las perlas y los corales. En la cruz pontificia que lo remata van engastadas también reliquias de santos traídas desde Roma por el sacerdote pastoreño Álvaro Román Villalón. Se trata de reliquias de San Francisco, a cuya Orden pertenecen los Capuchinos, fundadores de la hermandad; de San Pio V, Papa dominico que propagó especialmente el Santo Rosario; del beato Diego José de Cádiz, capuchino apóstol de la Divina Pastora y continuador directo de la obra de Fray Isidoro de Sevilla, fundador de la hermandad; y del beato Marcelo Spínola, Cardenal y Arzobispo de Sevilla que fue Hermano Mayor de la misma. Su forma es la del estandarte clásico de las cofradías sevillanas, popularmente conocido como bacalao: una bandera de grandes dimensiones recogida o amarrada al asta, en este caso para mayor comodidad a la hora de portarlo. La configuran los emblemas y símbolos de la institución –Mariana y Eucarística, Pontificia y Real, Franciscana y del Santo Rosario– bordados en oro y sedas sobre un gran festón blanco de tisú de plata, flanqueado por otros dos festones de muaré celeste, los colores marianos distintivos de la hermandad al menos desde el siglo XIX. Va ensartada en un asta de plata en su color y sobredorada, compuesta por dos antiguas cañoneras del siglo XVIII separadas por fajas repujadas de laurel de factura moderna, símbolo de la celebridad y gestas de la hermandad en sus tres siglos. El remate, como ya se ha publicado, es una bellísima pieza de joyería que representa una cruz pontificia (de tres brazos) formada a su vez por la cruz flordelisada de los Dominicos, por el rosario, y las cinco llagas simbólicas de los franciscanos. Las insignias históricas de la hermandad, por ser su origen un Rosario Público, son el Simpecado, nombre que en Sevilla reciben los estandartes marianos de esas características, y la cruz alzada. Insignias de las que la hermandad guarda en la parroquia valiosos ejemplares del siglo XVIII y XIX que utiliza en sus cultos, como el Simpecado de gala de tisú de plata de 1807 y la cruz de guía de plata de ley de 1816. Cuando la hermandad emite en 1951 el Voto de creer y defender la Realeza Universal de la Virgen, confecciona una bandera pequeña conmemorativa del Voto y poco tiempo después el Redil Eucarístico de la Divina Pastora que se había establecido en la parroquia en 1946 como apéndice de la hermandad confecciona un estandarte representativo que será el antecedente directo del que ahora vemos felizmente culminado. La nueva etapa histórica que inicia la hermandad con la aprobación de las nuevas reglas en 1997, herederas de las del antiguo rosario femenino, del Redil Eucarístico y de toda la tradición pastoreña de Cantillana, tiene su digna enseña en esta regia bandera que esta llamada a convertirse en uno de los símbolos más carismáticos de la institución. Fotos y texto:Web de la Hermandad

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