martes, 22 de junio de 2010

La Policía sospecha que el agresor buscaba una pensión por trastorno

Pese a que dijo ser el Mesías tras arrancar un brazo al Señor del Gran Poder, la Policía trabaja con la idea de que el autor de este ataque no es un perturbado, sino que lo hizo para tratar de hacerse con una pensión por incapacidad laboral. El presunto autor de la agresión a la imagen, Luis Carbajo Ordóñez, es un funcionario de prisiones de 37 años, natural de Guadalcanal y destinado en la cárcel de Huelva, sin antecedentes delictivos y sin que le constaran en su expediente bajas anteriores por problemas mentales.

A la hora de cierre de esta edición, Carbajo continuaba en las dependencias de la Jefatura Superior de Policía, a la espera de que pase a disposición judicial a lo largo de la mañana de hoy. En principio se le imputa la autoría de un delito contra el patrimonio histórico artístico, castigado en el Código Penal con hasta tres años de cárcel.

La Policía Científica está examinando el contenido de una mochila intervenida al detenido en la misma Basílica del Gran Poder. En su interior se han encontrado dos lápices de memoria en los que el presunto agresor asegura que hay un documento con más de 700 páginas en el que explica detalladamente por qué atacó al Señor del Gran Poder tras terminar la misa de las ocho y media de la tarde del pasado domingo. La Policía también está analizando el diario del detenido, que se encontraba en otro de los pen drive intervenidos, para tratar de encontrar respuesta al comportamiento de este funcionario.

Nada más ser detenido, todavía en la sacristía de la basílica, dijo ser el hijo de Dios. "Soy el Mesías, ya os enteraréis de por qué he hecho esto", llegó a decir ante el agente de la Policía Nacional y los dos feligreses -uno de ellos también funcionario de prisiones, sin que llegara a conocer a su compañero- que lo redujeron tras rasgar las vestiduras y causar daños a la imagen del Señor. A los investigadores les llamó la atención que su comportamiento no se corresponde con el de una persona con problemas mentales. Antes de la misa había inspeccionado el camarín, pero esperó a que acabara la eucaristía para volver a subir por la escalera de acceso al mismo y una vez allí comenzó a golpear a la imagen. Después, tanto en la sacristía como ya por la noche en la Jefatura de Policía, se encontraba muy tranquilo y en ningún momento mostró síntomas de alteración.

Un policía nacional que se encontraba fuera de servicio y había asistido a la misa fue quien lo detuvo unos instantes después de que lograra arrancar el brazo derecho al Señor. El agente, que está destinado en la comisaría de San Juan de Aznalfarache, subió al camarín por la parte contraria a la que había accedido el funcionario de prisiones, cuando éste seguía desgarrando las vestiduras de la escultura y había comenzado a darle patadas para derribarla de su pedestal. El policía logró reducir al agresor con la ayuda de otras dos personas e incluso resultó herido con lesiones leves en los brazos, que tuvo que curarse después en un centro de salud.

El funcionario opuso una fuerte resistencia a su detención y, una vez arrestado, fue trasladado hasta la sacristía para evitar que fuera agredido por algunos de los asistentes a la misa. Un conocido aparcacoches de la zona llegó incluso a arrojar un cúter al detenido, si bien no llegó a clavársele gracias a la intervención tanto del policía de paisano como de uno de los dos feligreses.

A la espera de las medidas que tome la Justicia contra este hombre, la dirección general de Instituciones Penitenciarias ya le ha abierto una investigación con la finalidad de determinar si padece algún tipo de trastorno que pudiera incapacitarle para el cometido de su labor en el centro penitenciario de Huelva. Fuentes de este departamento confirmaron ayer a este periódico que Luis Carbajo Ordóñez había sido hasta la fecha un funcionario "normal", que no había protagonizado ningún comportamiento que llamara la atención en su trabajo. El funcionario, que llevaba varios años trabajando en prisiones, había estado en varias cárceles españolas sin que se le hubiera abierto ningún expediente disciplinario ni mostrara ningún comportamiento extraño. Era un funcionario "normal y corriente", precisaron las mismas fuentes, que añadieron que había tenido alguna baja por enfermedad como cualquier funcionario, pero ninguna que destacara por su excesiva duración.
 
Fuente: www.diariodesevilla.es
Foto: ABC de SEVILLA

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