sábado, 13 de noviembre de 2010

La Resurrección, condenada al Domingo de ídem

Palabra de Asenjo. Se acabaron de una vez por todas los sobresaltos cuaresmales y los intentos de asaltar la nónima del Sábado Santo protagonizados desde Santa Marina siempre en vísperas del Cabildo de Toma de Horas. Las hermandades del Sábado, en especial la de La Soledad, y el Consejo de Cofradías, ya pueden respirar tranquilos. Y por mucho tiempo. La junta de la Resurrección sabe ya por boca del propio arzobispo que con él en la Plaza de la Virgen de los Reyes mejor será que permanezcan quietecitos, sopena de no salir en la foto.



Audiencia palaciega. Después de que con la publicación en prensa de su convocatoria este humilde cronista se cargara el almuerzo previsto el pasado mes de junio entre Asenjo y la junta de gobierno de La Resurrección, el arzobispo de Sevilla recibió en audiencia el pasado 5 de octubre al rebelde Juan Muñoz Jigato (esto me ha salido muy de Stars Wars) y a sus oficiales. Si no es de los que lee el periódico de atrás hacia adelante ya sabrá que, a diferencia de su antecesor, Asenjo ya ha dejado clara desde un primer momento la postura oficial del Obispado sobre tan recurrente y delicado asunto: “Lo de ustedes, más que estación de penitencia es estación de gloria”. Y para zanjar definitivamente el entuerto añade: “Para salir el Sábado Santo van a tener que esperar a que llegue otro obispo, porque yo no voy a cambiar las cosas ni para un lado ni para otro”. Más de un oficial de junta salió de Palacio aquella mañana hasta dando las gracias. Por lo menos, pensó, no nos van a quitar las túnicas.


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