El arzobispo de Sevilla, mons. Juan José Asenjo Pelegrina, y el obispo auxiliar, mons. Santiago Gómez Sierra,
viajarán el próximo fin de semana a Roma, para participar en la
ceremonia de beatificación de Juan Pablo II, que se celebrará el domingo
1 de mayo a las diez de la mañana en la Plaza de San Pedro, presidida
por el papa Benedicto XVI.
Esta no será la única representación sevillana en tan importante
acontecimiento, ya que diversos grupos eclesiales y parroquiales de la
capital y el resto de la provincia se van a desplazar a la capital
italiana con este motivo. Ellos son parte de los 300.000 peregrinos que
se darán cita en Roma este fin de semana, según cifras que ha facilitado
el cardenal Agostino Vallini, vicario para la diócesis de Roma.
Programa de actos en Roma
El programa de actos del próximo fin de semana comienza el sábado 30
de abril. Ese día, la diócesis de Roma ha organizado una vigilia de
oración en el Circo Máximo que comenzará a las ocho de la tarde y que
tiene prevista su finalización a las diez de la noche. Al día siguiente
será el acto central, la beatificación a las diez de la mañana en la
Plaza de San Pedro. La liturgia irá precedida por una hora de
preparación durante la que se rezará la llamada corona de la Divina
Misericordia, una devoción introducida por Santa Faustina Kowalska y
cuya fiesta fue introducida por Juan Pablo II.
Venerar los restos de Juan Pablo II
El viernes 29 de abril por la mañana se trasladará el féretro de Juan
Pablo II ante la tumba de San Pedro, que se encuentra en las grutas
vaticanas, para posteriormente llevarlo ante el altar de la Confesión de
la Basílica de San Pedro la mañana del 1 de mayo. Finalizada la misa y
la ceremonia de beatificación, Benedicto XVI y todos los cardenales
concelebrantes, entre los que estará el cardenal Amigo Vallejo,
arzobispo emérito de Sevilla, se dirigirán al altar de la Confesión en
procesión y rezarán unos instantes ante el cuerpo del nuevo beato.
Posteriormente, los peregrinos podrán venerar los restos de Juan Pablo
II y no se cerrará la basílica de San Pedro "hasta que no haya pasado el
último peregrino", según confirmó el padre Federico Lombardi, portavoz de la Santa Sede.
Misa en el Vaticano el 2 de mayo
El 2 de mayo por la mañana se cerrará la basílica durante al menos
dos horas, para permitir la celebración en la Plaza de San Pedro de la
primera misa celebrada en honor al nuevo beato, presidida por el
secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone.
Según el decreto publicado por la Congregación para el Culto Divino y
la Disciplina de los Sacramentos, presidida por el cardenal español Antonio Cañizares,
la misa contendrá las lecturas contenidas en el misal para la
celebración de un papa y se rezará una oración colectiva dedicada a Juan
Pablo II. Según informa la cadena COPE, esta oración pide a Dios que
conceda a los cristianos "abrir confiadamente los corazones a la gracia
salvadora de Cristo", siguiendo "las enseñanzas" de Juan Pablo II. El
decreto publicado por la Congregación vaticana permite que se celebre
una misa por Juan Pablo II cada 22 de octubre, día en que se celebró la
misa de inicio de Pontificado, tan sólo en las diócesis de Polonia y en
la de Roma. Sin embargo, los obispos de cada diócesis podrán determinar
la celebración de una misa en honor del beato, que se podrá celebrar
cualquier día del año sucesivo a la beatificación.
Misa de acción de gracias el 15 de mayo en la Catedral
El domingo 15 de mayo, el arzobispo y el obispo auxiliar
concelebrarán en la Catedral de Sevilla una Eucaristía de acción de
gracias por la beatificación del pontífice que visitó Sevilla en dos
ocasiones (1982 y 1993, la primera para beatificar a sor Ángela de la
Cruz y la segunda para presidir el XLV Congreso Eucarístico
Internacional). La misa será a las ocho de la tarde, y desde la
Archidiócesis se ha extendido la invitación a todas las parroquias,
movimientos, asociaciones, comunidades, etc. Según se detalla en la
misiva que los obispos sevillanos han enviado con este motivo, "el acto,
que deberá tener una dimensión verdaderamente diocesana, nos ayudará a
todos a crecer como familia de Dios y familia diocesana, uno de los
objetivos de nuestro Plan Pastoral".
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